Viajar es increíble.
Recuerdo el viaje al Cabo de Gata en Almería como ir al paraíso. Aquellas tierras semidesérticas (o simplemente desérticas), las playas, la libertad...
Estos últimos 4 días hemos estado en Cádiz. Hemos hecho turismo en plan guiri de playa; nada de visitas culturales o agenda, sólo ir allí y descansar. Y ha sido fantástico.
Después de vivir esos momentos, el hecho de volver se hace cuesta arriba. Volvemos a la vida real, a la civilización, las reglas y rutinas, el reloj.
Pero como aquella vez, debo recordar que el paraíso se encuentra a tan solo 3 horas de aquí: volveré.