martes, 2 de octubre de 2007

Al filo de lo imposible

Ana dice que soy un exagerado, pero es cierto.

En mi lado de la cama, en el que da a la ventana, la temperatura es 10 o 15 grados más baja que en el suyo. No me cree cuando le digo que uso crampones y piolet, para subir y bajar, teniendo que hacer noche en lo alto. Me tengo que remeter cojines por la sábana para poder conservar algo de temperatura, lo que supone la diferencia entre dormir o titiritar.

Para colmo, en mi casa, el mosquito común ha sufrido una mutación y puede sobrevivir en estas condiciones con el único objetivo de joderme.

Todo está en mi contra.
Cabrones...